Anoche para cenar tuvimos tostadas.
Odio la moda de decir «tostas», como si emplear una palabra según su forma habitual fuera en desprecio a la realidad que representa. No comprendo por qué en un restaurante chic tengan en su carta tostas y no tostadas, si luego explican lo que llevan. Así que aquí está esta mi receta de una completa y nutritiva TOSTADA. En ella se mezcla verduras, cereales, proteína y grasas saludables. Una delicia.
INGREDIENTES
- Pan casero (1 rebanada generosa por persona)
- Un filete de pechuga de pollo
- Mantequilla (no margarina, que es mantequilla falsa)
- Pisto casero
- Queso rallado para fundir
- Queso fresco tipo Burgos
- Aceite (aromatizado)
- Sal y pimienta
Tostar la rebanada de pan. Untarla con una avellana de mantequilla. Colocar encima la pechuga de pollo asada a la plancha. Cubrir completamente con abundante pisto. Espolvorear un poco de queso rallado y derretirlo en el microondas (1 minuto a media potencia).
El queso Burgos se puede servir de acompañamiento, rociado con un hilo de aceite de oliva v.e. En este caso, el que tengo aromatizado con albahaca frescas y tomates secos. Encima sazoné con un poco de Toque Morocco. Estos pedazos de queso fresco, con su sabor fresco y un poco neutro, crean un delicioso contraste con la potencia del pisto.
Lo de casi sencilla referido a la cena es porque al menos el pisto conviene tenerlo de antemano. En mi caso ayer el proceso fue el inverso: primero preparé una buena cantidad de pisto y luego pensé cómo podría darle uso por la noche.
PISTO
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 1 cebolla
- 1 bulbo de hinojo mediano
- 1 calabacín
- 1 berenjena
- 3 tomates maduros
- 4 cucharadas de aceite de oliva v.e.
- Sal y romero
Cortar todas las verduras en brunoise. Freír todas las verduras, excepto el tomate, a fuego suave. Yo lo hago en la olla superrápida cubierta con la tapa de cristal. Aparte freír el tomate, con una cucharadita de sal, también a fuego medio para que evapore gran parte de su líquido de vegetación. Cuando ambas frituras estén hechas, verter el tomate sobre el resto de verduras y mezclar bien. La cantidad de pisto resultante es bastante grande. No obstante, sale tan rico que casi siempre dura menos de lo que tengo previsto. Hoy por ejemplo, me he traído una buena cantidad a la academia y esta ha sido mi comida, junto con unos palos de surimi.
El ponerle hinojo al pisto sé que no respode a las recetas clásicas, pero en una ocasión lo probé y el punto de dulzor y aroma que le aporta me encantó. Desde entonces es parte de mi receta básica de pisto, que no sé realmente si es o no manchego, por eso no le he escrito ese apellido.