¿Un cambio de tendencia en la absurda cantidad y calidad del modelo alimenticio de los Estados Unidos?

Para bien o, en mi opinón, para mal desde hace unos 60 años los Estados Unidos se han convertido en el modelo al que todos los países occidentales aspiramos parecernos. Sea suspirando para imitarlos, sea para criticarlos con inconfesable envidia. Este modelo del mundo es fuente de no pocas cosas buenas, pero también de muchísimas cosas nefastas. De las que hablo ahora son de sus productos alimenticios. Un país que, careciendo casi de gastronomía autóctona, exporta al mundo a través de sus películas y series de televisión las glorias de la comida precocinada, de los «fast food», de los refrescos hiperazucarados, no deberíamos tenerlo de modelo; y sin embargo…Exif_JPEG_PICTURE

Hoy he leído un artículo muy interesante sobre la supuesta tendencia en los Estados Unidos de Norteamérica hacia el paulatino abandono de la comida precocinada a favor de una alimentación más sana y tradicional. Espero que en Europa, donde copiamos como monas todo lo que hacen en los EE.UU. también acabemos copiando, más pronto que tarde, esa moda tan saludable.

Salto a la comida sana en los Estados Unidos

Fuente: El Mundo, 03/04/21015

Aprovecho para gritar que me parece un crimen premiar a los niños con ir a comer a McDonald’s o a BurguerKing, o sitios similares. Sus productos no son nada saludables, y más que como un premio se les debería considerar un castigo. Una hamburguesa puede ser muy saludable si la prepara uno mismo en casa. Mi receta de hamburguesa es la siguiente:

-Ir al mercado.

-Saludar a mi carnicero de confianza.

-Pedirle que me pique 1 kg de carne de ternera y 250 grs. de carne magra de cerdo (a veces, con un guiño, me dice que me pone al mismo precio unos restos de una pieza de excelente calidad pero que para filetes se vende mal porque son trozos feos).

-Pasar por los puestos de verduras para que no falten en mi nevera. Tampoco frutas.

-Ir a casa, mezclar la carne picada con las manos limpias con 1 cuchardita rasa de sal y un poco de pimienta. Ahora que lo pienso, casi siempre hago la mezcla con guantes de látex, no por higiene (ya he dicho que las manos las limpio bien), sino porque así la carne picada no se pega y desperdicio menos.

-Dejar reposa la mezcla de carne un mínimo de 2 horas, bien cubierta con plástico de cocina, en el frigorífico.

-Moldear con las manos unas bolas de 125-150 grs. cada una. Darles forma de hamburguesas. Congelarlas bien envueltas en film de cocina, y guardadas bien en tápers de calidad, bien en bolsas herméticas.

Desde que las preparo de este modo, puedo asegurar que no echo para nada en falta las pseoduhamburguesas de ninguna cadena americana. Además, ando con mucho tiento de no comprar bandejas de carne picada que venden en muchos supermercados y en las que, si uno se molesta en leerlo bien porque lo ponen con una letra diminuta para que resulte difícil darse cuenta, no está escrito que lo que compras se trate de carne, sino de «preparado cárnico».

Diagnóstico: obesidad

Aunque ya lo suponía, ahora es oficial: con un IMC de 42’10 ya puedo confirmar que soy obeso mórbido. Además de padecer SAOS (síndrome de apnea oclusiva del sueño), soy firme candidato a padecer

  • Diabetes
  • Hipertensión
  • Osteoartritis
  • Enfermedades cardiovasculares
  • Dolores de espalda y articulaciones
  • Infertilidad
  • Etc…

Por suerte, aún no es el momento en que haya desarrollado ninguna de estas dolencias, pero me dirijo a ellas con paso firme. SI NO PONGO REMEDIO.

Finalmente, estoy en manos de una Nutricionista. Fui derivado a ella desde Neumología, donde me supervisan por la SAOS. Y me ha cantado las cuarenta. Así que desde ahora, debo llevar una estricta dieta de 1800 Kcal.

Porque no todo es comer menos

Ensalada de veranoAquí dejo el enlace para descargar un documento de 4 páginas de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad donde se dan pautas razonadas sobre cómo se debe afrontar una dieta para bajar de peso. En principio está orientada a pacientes con diabetes, pero no hemos de olvidar que los obesos somos candidatos firmes a padecer esta y otras enfermedades. Así que los consejos son válidos, y van en la línea de lo que yo voy recopilando aquí, pero todos juntos y razonados.

El documento se titula Imagínese delgado.